La
enseñanza por proyectos es una estrategia imprescindible para lograr un
aprendizaje escolar significativo y pertinente.
En este artículo,
la autora Aurora LaCueva, trata de precisar características, ventajas, fases más
genéricas y peligros que deben evitarse en esta clase de iniciativa.
En el día a
día de las escuelas, la enseñanza por proyectos no ha pasado nunca de ser muy
minoritaria y marginal. No obstante hay estudios pedagógicos y psicopedagógicos
que confirman que la escuela investigativa es la opción que mejor asegura un
aprendizaje significativo y pertinente. Es así, que la enseñanza por proyectos
merece salir del rincón donde está hoy en día confinada, para ocupar un lugar central en nuestras escuelas.
Sin embargo,
lo que nos encontramos a día de hoy son profesores que a pesar de tener ganas
de innovar y de pensar que el método de dictado, copia, cuestionario y resumen
no es el más adecuado, se encuentran con taras ya que hay muchos maestros
sumido en la llamada escuela tradicional y que no tienen la menor de las
intenciones de salir de ahí. Pero la enseñanza por proyectos puede dejar de ser
un mito para convertirse en reto, gracias a que hay docentes que no se dan por
vencidos.
La autora
del artículo hace la siguiente definición de la enseñanza por proyectos: “es un trabajo educativo más o menos
prolongado, con fuerte participación de los estudiantes en su diseño y en su
seguimiento, y propiciador de la indagación infantil en una labor
autopropulsada conducente a resultados propios”.
Además conviene
estar atentos a actividades que a veces se llaman “proyectos” sin que lo sean
de verdad, estos son todas aquellas actividades en las que el problema y metodología
ya vienen dados y donde los estudiantes se limitan a actuar.
Los proyectos
son las reinas de las actividades, ya que estimulan a los estudiantes a
interrogarse sobre las cosas y a no conformarse con la primera respuesta.
Las ideas
para los proyectos no pueden surgir de una imposición, sino de los intereses de
los alumnos. De la escuela, de la rutina y de la copia no pueden surgir ideas
ni inquietudes, es por ello que la escuela debe ser un ambiente rico en
recursos y en experiencias en las que se permite y apoya los interrogantes y
las indagaciones de los estudiantes.
Y por
ultimo decir, que el papel del docente en la educación por proyectos es
secundario, se defiende el protagonismo de los estudiantes en los proyectos,
sin embargo este debe ser un papel muy activo, para ayudar al alumnado a
ampliar su campo de intereses, proponiéndoles nuevas vivencias.
En conclusión,
la enseñanza por proyectos ¿mito o reto?, yo creo que a días de hoy el trabajo
por proyectos es un mito, ya que no todos los profesores están dispuestos a
llevarse el trabajo a casa, echarle más horas al día, a la semana,…. Simplemente
están cómodos en un modelo de aprendizaje (escuela tradicional) y no quieren
cambiarlo porque eso supone un trabajo extra.
Sin embargo,
creo que debería ser un reto, generaciones de profesores se lleve un aire nuevo
a los colegios y se consiga el cambio esperado, porque después de haber probado
en un clase el trabajo por proyectos, no me equivoco si afirmo, que los niños
aprenden más y de una forma más lúdica. Porque investigan aquello que les llama
la atención, sobre el tema del que tienen dudas y necesitan resolver. Y los
conocimientos se quedan mejor y más tiempo.
Por ello
creo y espero, que poco a poco la situación en las escuelas vaya avanzando
hacia la enseñanza por proyectos, ya que es mucho más productiva que la que actualmente
domina en las escuelas.
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